Etiquetas: , , , , ,
No comments

NACIÓN, PATRIA, PAÍS O ESTADO

Llevados en volandas por los vientos independentistas que soplan desde Cataluña, nación, patria, país o estado son términos que a menudo empleamos como sinónimos. Ahora veremos los problemas que comporta esta simplificación y qué fácil es errar si no nos conducimos con la debida prudencia.

Para entrar en materia, baste señalar que, aunque la Academia en sus diversas acepciones propicia que puedan ser usados de forma equivalente, asimismo observa matices relevantes que no debemos pasar por alto. Y añadir que, salvo el caso de “patria”, el resto han sido modificados en alguna de sus acepciones en su última edición, que está a punto de salir al mercado.

Además, para acabarla de liar, en España contamos también con  nacionalidades, término eufemístico para dar cabida constitucional y designar a las distintas naciones y regiones que conforman nuestro Estado autonómico.

Vivimos, como decía,  inmersos en el debate identitario catalán, por cierto, palabra que pese a que la Fundación BBVA da por buena, no contempla la Academia ni incorpora en su última edición, aunque parece ser que tiene convenientemente monitorizada y en observación, como si de un paciente de ébola se tratara.

El Estado español, según reza el artículo segundo del Título Preliminar de la Constitución, constituiría una única nación “patria común e indivisible de todos los españoles”, integrada, a su vez, por “nacionalidades y regiones”. El término nación alude a los habitantes propios de un país, a su territorio, así como a su origen y cultura peculiar o diferenciada. Objeto de deseo que queda a tiro de piedra de cualquier oriundo de una de esas “nacionalidades” que nuestros políticos de hace cuatro décadas inventaron para llevar a buen puerto la Transición.

Podemos diferenciar sin problemas el término “estado” por su obligado referente político administrativo, del de nación, o incluso del de país, que el RAE define con laxitud como “nación, región, provincia o territorio”. A su vez, “patria” –que va de la mano de “país”-  suele dotarse de un componente sentimental, afectivo, que podría colisionar con el más impersonal y burocrático “estado” que, como vemos, es el que menos dudas suscita.

Patria, quizás por este carácter emotivo, desprende un tufillo que a muchos incomoda, pues nos remite a otros tiempos, a otro régimen de siniestra memoria, que lo usó con profusión. Algo muy común en los sistemas políticos totalitarios y en los nacionalismos más exacerbados. El famoso lema cubano “patria o muerte” resume esta idea.

Conclusión: aunque estos términos compartan entre sí habitación e incluso lecho, haremos bien en no emplearlos como sinónimos a la ligera y sin matices. Expresarse con corrección es también hacerlo con precisión, y más cuando el lenguaje debe definir y acotar parcelas tan encharcadas y resbaladizas como las que pisamos estos días en nuestro país, cualquiera que sea el suyo.

Javier García-Egocheaga Vergara

………………………………………………………………………………………………………..

Artículos Relacionados

Sin comentarios.

Deja un comentario